Cruzando por el paso subterráneo



Iba al instituto por el paso subterráneo de la Meridiana, dicho así parece que viviera en una ciudad sitiada, en guerra, no era así, pero no era la ciudad que ahora es Barcelona y la Meridiana era una autopista que partía a la Sagrera en dos, a la par que nos destrozaba los pulmones sin nosotros saberlo, vivíamos junto a un rio de humo gris tan panchos. 

Mi instituto estaba en Maragall, un lugar asqueroso con el que todavía sueño del trauma que me causó, y tenía que cruzar la Meridiana para llegar a ese infierno cada día,  y lo hacía por un túnel extraño que ahora parece impensable y más propio de una película de pandilleros.

Recuerdo el final de curso y lo mucho que ansiaba la libertad y las ganas que tenía de abandonar aquel reformatorio para profesores descarriados que era el centro de enseñanza al que acudía obligado por mis padres, era bastante normal oler a coñac al entrar en la clase después de comer, con eso lo digo todo. 

Aquel principio de verano, creo que en mi segundo tercero de BUP, conocí a Led Zeppelin, recuerdo subir las escaleras de la Viviendas del Congreso, escuchando el tercero de Led Zeppelin, el que se supone que es el malo e ir pensando, con mi mentalidad todavía infantil que quería ser un hippie libre, con camisas abiertas de flores y pelo largo, pero sobre todo ser libre, salir de toda esa masa de cemento físico y mental, dejar atrás a toda esa panda de amargados que me rodeaban y berrear como Robert Plant en ese inicio glorioso del Immigrant Song. Todo eso mientras cruzaba unas viviendas promovidas por la Iglesia y entre calles con nombres de cardenales, por cierto, unas viviendas para pobres pero muy bonitas estilo años 50, rodeadas de pequeños parques con árboles bonitos y con fachadas con zócalos de piedra y esquinas redondeadas en sus balcones, todo pequeñito pero bonito, todavía siguen exactamente igual, por suerte el paso subterráneo y mis años de condena en el instituto penitenciario no.

Qué fácil un adulto puede destrozar la autoestima de un chaval mientras destroza la suya con un trabajo que detesta, por suerte, la mayoría de mis amigos teníamos a la música y al ejemplo de gente de mal vivir como Led zeppelin. 






Comentarios

  1. Quins records tan diferents d'aquests habitatges amb jardí interior. Hi vaig viure uns mesos en un carrer d'aquests amb nom de cardenal al Congrés, acabant l'etapa d'estudiant a Bcn. Escoltes el tercer de LP i tornes a aquells anys de penitència... Almenys ara es deu veure diferent.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro, ahora es distinto, pero no dejan de venir aquellos recuerdos, todavía sueño con que voy al instituto y de repente me acuerdo que soy dibujante y puedo dejar de ir.

      Las viviendas del Congreso son una pequeña isla escondida, me encantan.

      Eliminar
  2. Lo bueno es que al volver a casa se desintegraba el poder de mierda que ejercían esos profesores de mierda y, entre rincones y micromundos, aprendimos a vivir. Que debería ser fácil...pero por lo menos sí termina resultando satisfactorio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nos fuimos haciendo nuestra propia habitación y suerte de ella. También es verdad que nos forzaron ellos para poder sobrevivir y no se si se lo deberíamos agradecer. Yo tuve un profesor que me puso 20 ceros, uno al día durante 20 días seguidos escolares, hasta que me dijo, no hace falta que vuelvas, estás matemáticamente suspendido para todo el curso. Y no os penséis que era por faltar o ser un gamberro, simplemente me negaba a salir a la pizarra y a repetir palabra por palabra la lección del día anterior, lo hice un día y no me la supe, al día siguiente volvió a hacerme salir y tampoco, nunca he tenido facilidad para memorizar del mismo modo las cosas que me dicen o en el mismo orden, esto se lo dije, de nada sirvió, y estuvo durante 20 días torturándome con eso, los últimos 9 o 10, ya no intentaba aprenderlo de memoria y le decía que no lo sabia y me ponía el cero directo. Jamás se interesó por mi, jamás se preguntó por mis dificultades, solo le preocupaba que se repitiera su lección palabra por palabra de forma exacta que es lo único que hacía durante la hora de la clase, recitar algo que se sabía de memoria y eso nos pedía a todos nosotros al día siguiente de forma aleatoria. No se me ocurre peor profesor, era un torturador psicológico.

      Eliminar
    2. Menuda pieza ese profesor. La gente amargada no debería tener poder. Yo tuve alguno mediocre pero nunca así y por el contrario tuve de muy buenos por si empatía sobre todo. Me considero con mucha suerte. Los sentí peores en la universidad pero ahí ya uno tiene más margen de maniobra y no sé, los efectos son diferentes. En fin, gracias por compartir esos trozos de tu vida.

      Eliminar
  3. Amigo Juanjo, creo que nuestra generación ha sido marcada por este tipo de pseudo-profesores/pseudo-personas, amargadas de su propia suerte, labrada por ellos mismos. De hecho hay una canción de Pink Floyd, álbum " The Wall" que habla sobre este tipo de especímenes.
    A los 14 anos los Reyes Magos me trajeron esta joya musical, banda sonora de esta parte de mi vida.
    Por cierto, me encanta tu blog !!
    Rafa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Rafa! The Wall creo que fue el primer disco que me gustó en mi vida.

      Eliminar
  4. "Els sistema educativo, acabará contigo"

    ResponderEliminar
  5. Ojalá vuelvas a poner de moda los blogs. Se les ha echado mucho de menos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Os animo a todos a leerlos y a hacerlos. Con los días que llevo con este, me estoy dando cuenta que la respuesta es casi la misma que con Facebook. Yo tampoco movilizo a mucha gente allí, así que no pierdo nada y gano mucho.

      Eliminar
  6. Me gusta poder seguir leyendo tus historietas, que antes explicabas por la radio, es todo tan cierto....lo que a ti te pasó nos pasó a muchos y despertamos a la vida y al mundo a través de la,música, tuvimos profesores odiados que con su ineptitud nos marcaron etc.
    Por cierto ¿tu dijiste que no te gusta la música o no lo entendí bien?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La música no me gusta, pero igaul que el resto de cosas, no me gustan porque veo su impostura y porque considero que son productos muy dirigidos por la industria, pero igual que te digo esto, también te digo que me paso el día escuchándola y siendo feliz al hacerlo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares