El mar y las rocas.

Tengo siempre sueños muy vívidos, reales, impresionantes.

Sueño muchas veces con el mar, hoy con una casa de mis padres que jamás tuvieron, con una pequeña puerta que daba a un mar precioso, azul y transparente con rocas de color arcilla que contrastaban con el turquesa del mar, tenían capas y capas de estratos, como galletas, un lugar maravilloso para una casa tan humilde. Pensaba en comprar un sofá para estar más cómodo y quedarme allí a pasar todo el verano. Le decía a mi madre que era la playa más bonita que había visto en mi vida y realmente lo era en mi sueño.

Era un descubrimiento maravilloso, me transmitía plenitud, un equilibrio total. Felicidad.

La tenía ahí a mi alcance y era como si siempre hubiera estado escondida y no hubiera sido capaz de verla o disfrutarla, me sentía muy afortunado y maravillado con mi descubrimiento. Nadie parecía valorar semejante maravilla. Para la familia era algo normal y por otra parte no había nadie en un sitio tan bonito.

La puerta y el camino que conducía a la playa de rocas, estaba lleno de verdor y flores. Qué placer más grande poder soñar esas cosas y que pena despertar y volver a tu normalidad.

El mar y la playa suele aparecer en mis sueños de forma paradisiaca, he estado en lugares así, pero en el sueño siempre es mejor, mejor que todo, una idealización salvaje pero pacifica, un deseo de algo imposible que nunca llego a alcanzar ni en el sueño ni en la vida real. La realidad me resulta siempre mucho más incómoda aunque sea bonita.

Me gustaría llegar a ese lugar algún día, lejos de todo, bañarme por las mañanas, nada más despertar, como cuando era niño y lo hice alguna vez. Puede que sea de las mejores experiencias de la vida, despertarte del sopor del sueño bañándote en el mar, sin haber desayunado, sin haber hecho nada antes y de repente, después del chapuzón de aguas cálidas y soleadas, ya estar listo para la vida.

he leído que soñar con la playa representa la dualidad entre las emociones representadas por el agua y la razón representada por la arena, para colmo en este caso la arena era sólida, y formaba rocas, rígida.

Emociones reprimidas por la razón, las emociones que chocan contra las rocas, erosionándolas poco a poco, dando forma a esa razón que creo tan dura.

El agua siempre puede contra las rocas, nada detiene a la fuerza del mar y transforma el paisaje. Una gota tras otra es capaz de perforar a la roca.

Nada puede contra las emociones, nada podrá detener a las emociones por mucho que me empeñe.

Acabaré nadando en las aguas de la emoción o se abrirán camino entre las rocas.






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