No hay tesoro más valioso que el enterrado.

 

Estábamos pillados por el sonido, yo creo que ahora nadie se fija tanto en cómo suenan los discos, incluso teníamos a productores preferidos, Steve Albini era el "capo", Rubin para lo "mainstream" también, a mí me siguen gustando mucho. Por aquel entonces decíamos aquello de este grupo "sabe sonar" y te podía gustar un disco simplemente porque la guitarra sonaba como un trueno, teníamos equipos Hi-Fi, y tener altavoces de madera era todo un lujo. Tanto fue así que llegó un efecto rebote con lo que se llamó Pop Noise, una especie de punk y reacción al sonido pero que al final fue también otro tipo de sonido evocador como pocos, tanto es así que acabó dando pie a horteradas superiores como el Dream Pop. Obviamente me hice fan de todo eso, mi pequeño snob oculto era feliz escuchando canciones que no se oían como si fueran "sicofonías" melancólicas de rockeros muertos, canciones bonitas tapadas por miles de capas que solo podían disfrutar a los que se les había ablandado la oreja como un pulpo apaleado, pero cuando ya habías logrado no sangrar, descubrías la melodía más preciosa jamás compuesta, puesto que tu mismo la completabas, en muchos casos apenas se oía nada. 

Recuerdo la anécdota de mi amigo Rafa Mateo yendo a devolver el Psychocandy de Jesus And Mary Chain a la tienda porque creía que el disco era defectuoso y la cara que se le quedó cuando le dijeron "no, es que es así" 

Por nuestra tierra teníamos a Los Planetas, para mí ,siempre sus mejores canciones han sido las que no se entendía nada y tener el placer de, con cada escucha, entender alguna estrofa nueva y genial de Jota. Que tesoros más precisos. 

No hay tesoro más valioso que el enterrado.