Cada vez hay más detrás.

El tiempo pasa, cada vez hay más por detrás. Soy un nostálgico y me gusta recordar, todo me sabe mejor una vez ha pasado, el presente muy a menudo, demasiado, me parece desdibujado y pesado, solo soy feliz en el recuerdo. Estar mucho rato con gente me descentra de mi mismo, tengo la sensación de haber perdido el control aunque se que si no lo hago, estar con gente, luego es peor, mi pensamiento se apodera de todo y despego fuera de la realidad palpable y entro en un monólogo interno que no cesa nunca. En realidad, es lo que me gusta, pensar, a veces me preguntan qué de dónde saco tantas ideas, me resulta extraña la pregunta y me hace sentir un poco mal, pensaba que eso era lo normal. Vivo centrado en mi pensamiento y es agotador.

La música siempre me ha funcionado como mantra, es decir un medio de trasporte para ir hacia dentro pero pausando o dando un orden al pensamiento. Es mi descanso placentero, un masaje, un viaje mirando por la ventanilla del coche.

De niño solía marearme mucho en coche, desde que mi madre me regaló mis primer walkman dejé de marearme, mi mente quedaba atrapada por mis primeras cintas de cassette, The Evil That Men Do, de las primeras canciones que recuerdo sonando en mi Sanyo rojo.