Huele a viejo.

Hoy se cumplen 30 años de la salida del Nevermind, un disco que en su día no me gustó, por lo que siempre digo que me recordaron demasiado a los Pixies y además todo me parecía muy igual y me aburría. Talvez, tenía precisamente, lo compacto que le faltaba a los discos de los Pixies. El hecho de que fuera básicamente atormentado y “mal rollero” también creo que hizo que conectara más que los Pixies con el gran público. La industria también lo supo ver.

Y ahora ahí estamos 30 años después, siendo lo que apuntábamos ser y sin oler a espíritu adolescente y empezando a necesitar bastante más aliño en la ensalada en la que se está trasformando nuestro cuerpo. A la que no te aseas un poco, no duermes o tienes un mínimo contratiempo, te transformas en un náufrago, nada que ver con el bebé de la portada, que por cierto, ahora de viejo ha demandado al grupo o lo que queda de él, por una estupidez. Pasa el tiempo.