Judias verdes.

Sentado en una silla, rebobinando la cinta de cassette donde tenía grabado el Blow Up Your Video de AC/DC, con el Walkman rojo con pocas pilas. Mi abuela preparaba en la cocina la judía tierna con patata y huevo duro de casi cada noche, estábamos pasando los tres meses de verano en Taradell, como cada año. Ya me había hecho un poco mayor y me gustaba la música. Ese disco de AC/DC fue una entrada en ese mundo rockero y épico que me acompañó toda mi juventud y que ahora todavía lo hace por pura nostalgia. 

Echo tanto en falta al pasado, no lo puedo remediar, pasa el tiempo y cada vez hay más detrás, no se como la mente puede recordar tanto, idealizar tanto, estoy seguro que no era nada tan maravilloso y entonces tenía otras angustias que ahora no recuerdo, pero el hecho de que la mente no pueda desplazarse realmente por el pasado me pesa. Sería muy bonito poder ir de visita, como cuando vuelves a una ciudad después de muchos años, pocas cosas son más emocionantes, ir perdido y de repente reconocer una portería por la que entrástes en una casa, una esquina, un cruce entre dos calles o una extraña olor propia de esa ciudad, cada ciudad tiene sus olores distintas, su personalidad. 

Cuando era niño, no me gustaban las judias verdes, ahora me encantan, solo por recordar, son una ciudad entera, un lugar. Echo de menos a mi abuela y AC/DC ya no es un grupo tan épico y rockero como me parecían entonces.