Mitos y espejos

Gran parte de lo que somos es la proyección que hacen los demás de nosotros mismos. Si te insisten en que no vales para nada, acabas no valiendo. 

En mi caso fue muy al contrario, era un crio escuchimizado, poca cosa, enfermo, medio lelo por la dislexia o lo que fuera, gran parte de eso lo sigo siendo, pero mi madre, por pura ilusión y porque de algún modo y de forma intuitiva, sabia que si me mentía un día sería mucho mejor de lo que había salido.

A lo largo de mi vida me he ido cruzando con mujeres mayores, maestras, que al contrario del resto, me insuflaron una idea distinta de mi mismo que al final ha terminado cuajando en mi, desde mi madre, mi abuela, la Mari Creu, Victoria, Elisa, Mónica. Todas me empujaron a ser el señor que soy hoy, esto no es un homenaje a la mujer, ni un texto feminista, ni nada de eso, es algo puramente personal, por lo que sea, todas han sido mujeres, todas han tenido algo que ha hecho que las creyera, les he tenido fe verdadera. Alguna forma de amor, ese ha sido siempre mi motor, el brillo en la mirada del otro. Supongo que ahora es mi turno de hacer lo mismo por los demás.

Cada uno debe tener sus mitos.