Música para estar más triste, si por favor.


¿música para estar más triste? Si, por favor, algo para estar peor. Siempre peor.

No hay nada mejor que la música para rebozarse en la charca de las penas, desamores, chascos, fracasos, el paso del tiempo, la mierda de la existencia, el mensaje leído y no contestado, el silencio por respuesta, la espera que nunca llega, la mierda de la ansiedad, el recuerdo de un holograma que ya no sabes si existió. Las miradas a lo lejos. Soy tan cursi que me gusta hasta Iron Maiden y me lo tomo en serio. 

El retumbe de una caja de ritmos con un lamento lejano, películas de Sofía Coppola, qué bonito todo, cuantas vírgenes suicidas hemos conocido, cuanto Bill Murray despistado por ahí con Jesus and Mary Chain de fondo, cuantas americanas arrugadas por la espalda de un viaje en avión con la puta maleta a cuestas. 

Toda esa puta mierda la convierte en belleza la música, y si deja de sonar es algo tan absurdo como las peleas de pareja, discutir por discutir, cuando el subtexto es como la música, el cojín de las emociones.

Que preciosidad la charca del sufrir para un melómano, dar vueltas en ese barro sónico/emocional, permitirte ser idiota disfrutando del dolor y de chutar hojas secas como en un anuncio del Corte Inglés.

Esa mierda es la que busco cuando estoy triste, porque estar triste a secas me da ganas de desaparecer, en cambio escuchando a Beach House, me dan ganas de ver como sigue la película aunque sea mala y al final no se escuche que dice el puto Bill Murray al oído de Scarlet.




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