Un espasmo en la barriga.

 La música es de los lugares donde se valora más la verdad y donde es más escasa, se crean grupos y cantantes de la nada haciendo ver que son de barrio, atormentados, drogadictos, chungos de postal a lo Tangana, suicidas de goma, genios sin lámpara y demás ridiculeces, porque lo que la gente más pide es verdad y autenticidad. Iggy Pop, Kurt Cobain, Ian Curtis, gente realmente al limite que transmitieron verdad por todos los poros de su piel hasta llegar a matarse o casi. 

En esta era del artificio y el aparentar cada vez es más difícil encontrar algo real de verdad, para colmo ya ni siquiera es la industria la que falsea al pobre individuo, si no que es él mismo el que lo hace, se autoexplota y se convierte en un papanatas como el mismo Tangana que citaba antes, que para poner cara de malo pone cara de pena y se viste con la chaqueta de su abuela y un pantalón de chandal, se rodea de chonis que en realidad son pijas como la Miranda y van en un yate que lo alquilan por horas y lo siguiente que ruedan en el mismo, es una peli porno barata en Catalán. Es todo de vergüenza ajena, y ya no tienen ni fans, tienen "followers" que ya es el colmo del falso seguidor, es uno que simplemente da un clic en su pantalla y te mira  haciendo "scroll" entre teta y teta de la foto anterior y posterior a la tuya. La música ni se oye ni se le espera.

Por esto mismo, resulta alucinante ver hoy en día una actuación en el mísero Youtube de cualquiera de los que decía antes, de Joy Division mismo, se te caen los huevos al suelo de la verdad que desprende cada espasmo de Ian Curtis con sus pantalones de pinzas. Todo esto no es un comentario de viejo, es de ser mínimamente sensible y ser capaz de diferenciar la polipiel del cuero, de las natillas de polvos de las de huevo, de una postal a una puesta de sol, es ser capaz de reconocer la vida, es saber distinguir el plástico de lo que respira. 

Solo queremos un poco de verdad en medio de todo esto, solo pedimos un puto espasmo en la barriga.