Rosalía ya no es Rosalía. El vídeo del Weeknd.

El vídeo clip ya empieza mal, con un tipo metiéndose una "rayuqui" de diamantes, una idea digna de un creativo de publicidad malo que se ha creído el mito del creativo de publicidad malo, luego aparece el actor conocido como "Machete" que ya augura lo todavía peor, para dar paso a la pobre Rosalía que parece una nena que va de sexy y que no lo acaba de ser, si la cosa va de provocar, lo mínimo que puedes pedir es que provoque y no lo hace, ves a una chica muy normal con un filtro que parece la media que le ponían a Robert Redford en la película aquella del Susurro de los Caballos. 

La realización y la escenografía no puede ser más cutre, en ningún momento hay ni un plano que nos muestre la grandeza de Rosalía con algún plano que nos haga sentir diminutos, nada, por no hablar de su compañero Weeknd que va vestido como un camello de una película de camellos, solo le falta ser un muñeco de cera o un maniquí de una tienda de ropa de segunda mano, es el horror. Además no se entiende que hace un tío vestido así en un club tan selecto, más bien va vestido para estar en un local de chicas que hacen acrobacias encaramadas en una barra y los hombres las miran. También comentar que canta como un gatito que reclama una sardina.

Pero no contentos con esto y con una letra de canción sonrojante, viene el despropósito final y es la puñalada peor rodada de la historia del audiovisual y la peor interpretada tanto por la artífice como por la víctima, tanto es así que nadie del equipo ha sabido que hacer con eso. Rosalía hace como una especie de baile con el puñalito en mano que parece una broma o que le enseña los espaguetis que no se va a comer a su madre. La interpretación del otro muriéndose, es digna de Cruz y Raya (no hablamos ni de Martes y Trece, ni de los Morancos) o de una actuación de fin de curso de colegio o siendo un poco más tolerante, digna del cine mudo o las funciones del hogar del pensionista. Nunca he visto morir tan mal a nadie.

Al mergen de semejante chapuza, hay otros momentos de delirio, como cuando Rosalía se hace la sexy intentándose sentar sobre la mesa y ni se ve bien, parece que tenga miedo de caerse y darse un culazo. Yo creo que el director directamente es un ciego porque la mayoría de planos son frontales y es como si se hubiera encontrado el trípode ahí puesto y no atreverse por si lo tira con el bastón. Realmente es torpe.

Los creditos finales tampoco tienen desperdicio porque en un delirio de grandeza, los han hecho como si fueran de una película con fotos en blanco y negro y simulando los créditos de cine.

Todo es una auténtica basura, como echamos de menos los vídeos de la productora Canada, los que realmente crearon la imagen de Rosalía y la lanzaron a lo más alto con aquellas secuencias tan poderosas. Este, en cambio, es enclenque, flojo, blando y lo peor "amateur", pan mojado para los patos, pienso para los fans menos exigentes, no para nosotros desde luego.

El vestuario de ella es lamentable, va con pedrería y tanga y la verdad, para lo poco evocadoras que son las imágenes da pena que vaya vestida así, de florero, es la vecina de abajo que en última fiesta se le fue el estilismo por qué se sentía despechada por alguien del trabajo.

De la canción ya os digo que hasta luego. Rosalía ya no es Rosalía. Ya no vende innovación y sorpresa, es una marca, no olvidemos que es hija de empresarios que han entendido el filón de la niña, y lo de seguir buscando es tontería si aquí hay una beta de oro. Hay que reafirmar la marca, que cante con la boca llena de garbanzos y muchas colaboraciones con gente que ya esté donde ella quiere estar. En definitiva, rollo Miami.  

Han optado por el negocio, y hoy en día, esta en crear una personalidad y asociarla a las marcas y a vender productos relacionados con su estilo de vida y la imagen que proyecta, es decir contratos con las marcas para aprovechar a sus fans y seguidores, al estilo de las Kardashian. La música es un negocio infinitamente menor, no es donde está el dinero hoy en día. 

Dejaros de historias, han optado por el negocio.

Solo hay una opción que se me escapa y es que en el fondo tiene talento y puede que cuando todo se venga abajo retome lo creativo, pero ahora de momento, creo que le gusta más la guita, a ella y a los que le rodean.

Y para finalizar, el vídeo, feminista no es.




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