Thom Yorke. El canijo que se hace mayor y al final gana.

Thom Yorke, el niño del ojo malito. Seguro que en la escuela lo pasó mal, es un chaval sensible, ahora ya un hombre maduro, músico excepcional, como pocos han surgido en medio de esto que llamamos industria, capitalismo, la selva, tanto generas tanto vales, todo lo contrario a la creatividad. 

A veces el sistema, a pesar de todo, deja espacio para almas sensibles, les dejan hacer porque de algún modo son rentables, Thom Yorke a pesar de ser tan melancólico y experimental, ha calado en el público y ha sabido dar una de cal y una de arena, sin renunciar nunca a su mundo. 

Ya sea con su grupo o en solitario nunca ha defraudado, llevo días escuchando sus discos en solitario y son realmente buenos, lo que se supone que deberían hacer los músicos que lo han logrado, los que viven de su arte. Antes de lograr vivir de lo tuyo y de que el sistema te acepte, has de demostrar mucho, si no te va expulsando a la cuneta hasta que has de ir la la vida trazada para todos.

Thom lo ha logrado y me admira que haya entendido tan bien de que va todo esto y donde reside su felicidad. Tengo la sensación que nunca ha estado muy preocupado en gustar y más en jugar y sacar todo ese mundo interior. Ha sido un valiente mostrando el defecto de su ojo, muchos pensaréis que es una tontería pero en este mundo de las apariencias y de los guapos, un defecto así te puede marcar de por vida y te puede relegar al ostracismo. Él, de algún modo, desde su ojo, ha plantado cara al mundo y ha creado su propio mundo donde es el rey.

Lo admiro mucho, a pesar de no ser un gran fan, de mayor quiero ser como él, el canijo que se hace mayor y al final gana.



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