Un deseo, desintegración y tres besos.

Me encantan The Cure y cada vez más, el otro día hablaba del Pornography,  que es mi preferido de su primera etapa, pero lo que realmente me parece infalible es su trilogía del Kiss Me, Kiss Me, Kiss me, Desintegration y Whish, tres discos, no perfectos por demasiado largos, pero si con sus canciones más perfectas y gloriosas, si es que a la creatividad se le puede dar el adjetivo de perfecta. Toda creación maravillosa es imperfecta y fallida en algún rincón porque precisamente esa libertad igual que te hace fallar te hace encontrar ese accidente maravilloso que lleva a la obra a lo más alto,  el fallo en la creatividad no existe, en realidad no existe el error en nada si al final llegas a un lugar bello.

The Cure con estos tres discos te meten en un mundo con un sentido propio, en una emoción nueva que antes no conocías, una melancolía donde los malos son los buenos, donde la tristeza es alegría, y lo feo es bello. Algo que directamente se copió el gilipollas de Tim Burton y siempre me ha dado mucha rabia. Siempre me ha parecido un idiota disfrazado de Robert Smith, un director malo que solo tiene un par de pelis buenas y todo lo ha copiado de sus ídolos, pero este es otro tema.

Al final The Cure puede que haya sido uno de los grupos mas relevantes de aquellos tardíos 80 y primeros 90, el primer grupo Indie que realmente dio el paso al gran público con un disco realmente espeso como el Desintegration, qué tiempos aquellos donde triunfaban cosas así, que blanda teníamos la oreja para disfrutar de lo nuevo y raruno. Qué bonitos todos aquellos videoclips que también inspiraron al tonto que os comentaba antes. 

Recuerdo ver una y otra vez el video de Lullaby en casa de los Puga, en aquel sofá que se hundía como Robert Smith en su cama, que inquietante verlo pegado al techo y que normal nos parecía, aquello era Pop. Aquellas eran nuestras vidas agónicas de catearlo todo en el instituto y que nos diera igual, éramos capullos de una araña pegados en el techo de la habitación oscura de nuestras vidas  carentes de  sentido. No éramos los guapos, no éramos los populares, no sacábamos buenas notas, no teníamos pasta, éramos unos capullos, deseábamos que nos comiera la araña y al menos ser alguien por haber sido engullidos de forma tan extraña. 

Por una vez había un grupo que hablaba de verdad de nosotros, de los albóndigas, de los tristes, de los enfadados pero que aún así, toda esa mierda nos parecía mágica y bonita.

Un deseo, desintegración y tres besos.




Comentarios

  1. The Head on The Door fue un buen preámbulo a la gran trilogía que comentas. Marcaba ya el camino de lo que estaba por venir , que fue su consagración como gran banda con una personalidad única , aunque Tim Burton les copiara 😜

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    1. Una gran verdad, ahora mismo lo estoy escuchando y es así. Consagración.

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  2. Oooh ,muy de acuerdo con tus palabras... y de los recientes añadiría Bloodflowers: una maravilla

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  3. Así es, Juanjo!!! Por fin hablaban de nosotr@s!

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