Cuarentena.

Cuando se hizo esta canción, seguro que representaba otra cosa, para mí la cuarentena todavía representa lo mismo, tiene un lado romántico ahora que se ha convertido en algo que sabemos que no es mortal, al menos estamos casi seguros si nada se complica.

El saber que no has de ver a nadie, no has de relacionarte, desapareces del mundo un tiempo, la canción representa eso, aislado de tus amigos, esperando cambiar, esperando que todo pase, con las obligaciones mínimas, en pijama, no te has de duchar.

Cuando éramos niños, siempre habían algunos que deseábamos estar enfermos, no ir al colegio, no salir a la vida, permanecer en reposo, en un paréntesis, salir del tiempo ¿Eso no es lo que se busca en las drogas? Morir sin estar muerto, pedir una pausa, bajarse del mundo. 

Hay personas que conectamos con esa forma de ser, para otras es una auténtica agonía esa mirada a uno mismo. Durante estos sucesivos aislamientos lo estamos viendo claro, vemos quién es de una forma y de otra, jamás nos habíamos enfrentado a nada igual. 

Unos desearíamos evaporarnos en nuestra cabeza, encontrar una paz dentro de ella. La forma de ser de los demás nos parece una huida de ese limbo interior donde las cosas suceden de verdad, donde las emociones reinan, la interacción nos resulta cansada y nos sentimos incomprendidos, el pensamiento lo es todo a pesar de que la realidad nos pueda llegar a conmover pero siempre pasando por dentro, nunca vivimos la realidad directamente. Hay un muro entre ella y nuestra mente, nuestro cuerpo es un estorbo en el camino. Necesitamos la cuarentena y es muy difícil de explicar para el otro lado del mundo.

El confinamiento me dio mucha calma.

La cuarentena no está mal. 

La cuarentena tiene una parte de paz, de conectar contigo, de ser un niño que calienta el termómetro con la bombilla para no ir al cole.

Mañana será otro día, ya saldré al mundo, ya volveré a ser yo, hoy no quiero ser nada.

Cuarentena. 

Evaporarse...