Nina Simone.

Ayer vi este documental de Nina Simone y lloré dos veces.

No es un documental complaciente, ni pelota, cuenta cosas alucinantes, habla de su sufrimiento extremo desde la verdad, de los malos tratos y las palizas de su marido, de su genialidad, de sus errores, habla de su humanidad imperfecta, y del extraño equilibrio que le llevaba crear esas maravillas para compensar todo eso que le pasaba por dentro y por fuera.

No se porque me identifico tanto con la cultura Afro Americana, bueno, si que lo se, no está bien compararlo por desmesurado e injusto, pero siempre he sentido y eso no se puede remediar porque es una emoción, que los hijos de los emigrantes somos los negros de aquí, desarraigados, sin tener una tierra verdadera propia, sin ser ni de aquí ni de allí y por otra parte hijos de trabajadores, que vinieron a estas tierras a trabajar empujados por el hambre, para colmo, por la parte de la familia de mi madre, la enfermedad mental también jugo un papel importante con mi tío y mi abuelo.

Nuestros padres no eran esclavos ni mucho menos, insisto, es una comparación injusta, pero para nosotros es un símbolo y nuestra mente funciona así, a cada uno le duele lo suyo y lo vive como lo vive, no se llora porque si, cuando sucede es porque algo resuena dentro de ti, y lloré en dos momentos, cuando canta Ain't Got No, I Got Life y cuando se habla de su enfermedad mental, no es casualidad, desarraigo y enfermedad.

Una vida incapacitada y compensada por una creatividad desbordante, la vida le dio un talento para suplir todo lo que no tuvo y para colmo, lo regaló al mundo.

Nina Simone, niña prodigio, desarraigada, activista, genio e inmortal.