La confusión entre entretenimiento y cultura.

El fenómeno no-musical de Eurovision y el revuelo que ha generado que no hayan ganado dos grupos de música y si una "artista" más convencional para el mundo de la industria, deja clara la confusión que hay entre espectáculo, el ocio y la cultura.

Durante la pandemia se ha hablado mucho de la industria cultural cuando el realidad se quería hablar de la industria del entretenimiento. 

Industria y cultura son dos términos antagónicos aunque la industria ha dado grandes obras de arte y creaciones que pertenecen a la cultura pero casi siempre de rebote o por la tozudería de los artistas.

La industria necesita a los creadores para inventar productos y vender cosas pero su fin es ese, vender, otra cosa es que los creadores bajo esa premisa sean capaces de hacer arte y cultura.

El mercado todo lo corrompe, y ya no hablemos cuándo se industrializa. El problema es que la industria no para de crear premios, eventos, sucesos, promociones y distintas formas de comunicar y difundir sus productos "culturales" de manera que la barrera entre el entretenimiento y la cultura se difumina con el propósito de que consumas algo con el valor añadido de ser cultura. La industria frente a la competencia y a que en el fondo casi todo es lo mismo, siempre necesita el valor añadido, y el valor de la cultura es de los más preciados. Imagina comer patatas fritas y que creas que estás haciendo algo cultural, en este caso intentan aplicar el valor añadido de la salud, como patatas fritas "sanas". Pues en el entretenimiento es lo mismo, veo una película de Marvel con un claro mensaje fascista, pero no solo paso la tarde, si no que estoy consumiendo algo cultural, aunque sea cultura Pop. Ir al cine o ver una película en una plataforma está bien, tiene el valor añadido de la "cultura"

Vas al cine creyendo que te haces un bien a ti mismo y en realidad estás simplemente consumiendo.

La mayoría de nuestra cultura, lo que hemos acabado llamando cultura Pop, toda es fruto de la industria, todos los discos, todas las películas, todos los libros, todo.

Todo está bajo sospecha y dentro de ahí hay perlas que merecen salir de ese estuche y considerarse una muestra de lo que significa ser humano, pero por muy bien hecho que esté, hay una perversión intrínseca.

Con esto no quiero decir que nada esté bien, que todo sea un fraude, no lo es, el problema es la confusión.

El problema es confundir Eurovision con un festival de música y decepcionarnos, el problema es creer que los discos surgen de esa forma por pura inspiración, que las películas más premiadas son las mejores o que somos personas muy cultas porque consumimos todo ese tipo de productos.

Otro día escribiré sobre las luchas sociales y como la industria también las usa para vender y hacernos sentir bien, todo lo de la teta va por ahí.

En general todos somos una panda de incultos. Nuestra sociedad, a pesar de tener acceso a tantas cosas es de las más incultas. Nos conformamos con lo que nos enchufan y nos acabamos escandalizando con nuestra propia confusión. 

Eurovision no es música ni cultura, en todo caso es un espectáculo y un fenómeno sociológico para ser estudiado.

Comentarios

  1. Muy bien explicado, Eurovisión. Es otra cosa, pero reflejo de la sociedad civil no cuenta para las élites, la decisión está tomada.
    De la cultura en esta España, mejor no hablar, dan ganas de llorar
    Muchas gracias por tu reflexion

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  2. Gracias Juanjo, alguien tenía que aclarar ésto, se le llama cultura a muchas cosas que no lo son, la terminología es importante, usarla bien y no de manera engañosa.

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    1. Bueno, ya sabes, se juega con la ambigüedad para vender. Luego, claro todo es relativo y en eso se refugian.

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