Animal Collective. Miraba a los otros niños jugar desde el cristal.

 Vuelven Animal Collective, siempre es bonito encontrarte a los viejos amigos.

Amigos para jugar, los niños que jugamos mucho solos, no sabemos jugar con los demás, por eso la música puede ser un sucedaneo, nunca es lo mismo, pero si hay un grupo que puede parecer que casi juegas con alguien de verdad son ellos. 

Animal Collective son la pandilla  a la que te hubiera gustado pertenecer de niño, veías que se lo pasaban tan bien desde el cristal. Cuando te haces mayor y has sido así, te gusta ver jugar a los críos, con una mezcla de alegría y melancolía.

Animal Collective son eso, una pandilla adorable que juega. Este nuevo disco no está a la altura de sus anteriores, de Merriweather Post Pavilion, Strawberry Jam, o Feels, el mejor, pero han hecho una vuelta a lo folk y a los sonidos más orgánicos. Es un disco más tranquilo,  con juguetes nuevos que no habías escuchado, es un poco más de niños mayores, pero sigue siendo tan bonito, tan expansivo, está tan lejos de las otras pandillas.

Solo puedo decir que sigue siendo igual de mágico que todos sus discos, ellos no son un grupo que se rijan con las reglas de los demás, han venido aquí a jugar, no a hacer canciones que suenen en ninguna parte, hacen esto para no trabajar, para ser felices, para descubrir cosas, para pasar el rato juntos.

Son de los pocos artistas que quedan dentro de esto que ya solo es una tienda de vender espejos.

Para mi Animal Collective son la vida entera, son los amigos que nunca he tenido, al menos de la forma que imaginé a los grupos de amigos. No quisiera mentir y decir que no tengo amigos, pero nunca he tenido pandilla, por eso ellos me despiertan ese sentimiento nostálgico de lo que jamás sucedió.

Este disco me saca esa emoción más que ninguno anterior, quizás Feels es el otro que más lo representa.

Pienso mientras escribo sobre ellos de forma desordenada, pienso en lo que podría haber sido y no fue.

Pienso en la soledad de los niños de ciudad,  en lo que necesitan ensuciarse de barro y lo que echan en falta a los otros niños, luego de mayor ya no sabes qué hacer con todo eso.

Miraba a los otros niños jugar desde el cristal. Ahora los escucho.



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