Basta ya escoria mediática.

No se si os suena el libro La Doctrina del Shock de Naomi Klein, resumiéndolo mucho, cuenta como el poder nos tiene permanentemente en estado de shock para así poder implementar las políticas neoliberales sin que rechistemos, la clásica táctica de hacer ver que te van a matar y luego aceptas que te pisen el cuello, o la del condenado a muerte que luego le parece una suerte una condena inhumana de por vida.

Así funciona nuestro cerebro, se acaba el mundo, que suerte que al menos podemos respirar. 

No se si realmente estamos en eso, pero el shock si que lo percibimos y no de forma superficial, desde los atentados islamistas, al proceso catalán, la pandemia y ahora la guerra, y no me olvido de otros problemas latentes que parecen ya "los de siempre", el cambio climático, el hambre, la pobreza... estos ya casi los minimizamos, son un ruido de fondo y poco más.

El mundo se va a la mierda, esta es la idea con la que nos quedamos cada noche al irnos a dormir, las enfermedades mentales van en aumento, cada vez tomamos más ansiolíticos, al fin parece que se pone el foco en la enfermedad mental, pero al final se va a convertir en otra fuente de shock y poco más, todos mis amigos se encuentran como la mierda y ninguna quiere ir al psicólogo, creen que pensando se van a curar solos.

Hoy reflexionando sobre todo esto mientras veía la tele horrorizado, he empezado a repasar mentalmente muchas desgracias, aberraciones y catástrofes de todo tipo que ya he podido ver a los largo de mis 50 años, pon 40 de ser consciente y mi conclusión es que jamás he estado tranquilo, siempre hemos encadenado movidas muy gordas, desde que el ser humano a poblado toda la tierra y se crearon las fronteras y los estados, desde que vivimos en esto que llamamos progreso, desde las dos guerras mundiales, las bombas atómicas de Hiroshima, Nagasaki, el Holocausto Judío, las guerras de los Balcanes, ETA, Chernovil, el atentado de Las Torres Gemelas, de Nerón a Donald Trump, Putin...La historia es así constantemente, nunca hay paz, nunca hay descanso, somos una plaga, la mierda, no sabemos vivir, y cuando todo se calma viene la desgracia natural, o la enfermedad, el cáncer o simplemente te mueres, o se muere toda tu familia. Vamos empalmados todo el día en el peor sentido del termino.

El miedo y el shock es un activo de control social que siempre ha estado ahí, igual que las desgracias, y estás ultimas siempre se les ha sacado rendimiento por el que ha podido. El poder se nutre de todo eso como muy bien dice Naomi Klein en su libro.

Pero mientras veía la tele he sacado una nueva conclusión que está en el aire y que todos nosotros pensamos, percibimos, intuimos, sabemos. No he inventado la gaseosa ni el Chupa-Chup.

Los putos medios de comunicación, las putas redes sociales, ese es el factor diferencial de nuestro presente, eso es lo que realmente nos da la sensación de estar viviendo en una pesadilla constante. La hiper presencia de la catástrofe. Así no se puede vivir ni pensar en las soluciones.

La vida es un infierno, todos los sabemos, pero no es necesario que los medios de comunicación nos hagan llorar cada día, nos desquicien cada minuto,no es necesario que nos pasen videos terribles cada minuto, que sean crueles y desalmados mostrando el dolor humano de la manera más descarnada posible, no necesitamos saber la puta evolución de Coronavirus en tiempo real, no necesitamos saber los 60 kilómetros de tanques que se desplazan hasta Kiev, no necesitamos saber que se han quedado sin gasolina a mitad del camino, no necesitamos sufrir más. No es necesario que en todos los medios nos digan que es posible una guerra nuclear, ya lo sabemos, joder, ya lo sabemos todo, no somos idiotas, necesitamos respirar, pensar, relajarnos para que nuestro cerebro procese y piense de modo correcto, nos están destrozando.

 Ya lo sabemos todo, no nos aporta nada tanta información de forma obsesiva, repetitiva y que solo crea escenarios similares a la paranoia. Hemos pasado de creer que estábamos en la era de la información a darnos cuenta que estamos viviendo en la era  la confusión y la manipulación. 

Simplemente necesitamos saber, estar informados, no sufrir, no dañarnos con tal de colocar anuncios, publicidad. 

Ese es el cambio de paradigma, la crisis de los medios, la crisis de la publicidad, el venirse abajo el papel impreso, el no vender páginas de publicidad y por otra parte la lucha por captar nuestra atención en las redes sociales.

En esa lucha se ha perdido el respeto a todo, se ha convertido todo en un mercado del morbo y la carne, hasta los programas y medios más sensatos han creado espacios sensacionalistas para extender el terror, programas sobre crímenes que antes solo aparecían en diarios como El Caso, que era todo tan burdo que hasta se inventaban los crímenes como si fuera un tebeo, con la diferencia que nadie leía ese tipo de prensa y era un nicho muy concreto.

En esas estamos, en un bombardeo constante a nuestros cerebros en una lucha demencial por nuestra atención a través de todas las pantallas que nos rodean.

Ahora llevamos una tele/transistor/teléfono/cámara contantemente en nuestro bolsillo, donde se lucha por atraer nuestra atención las 24 horas del día sin tregua, y todo porque el capitalismo colapsa, el consumo baja, las marcas han de crear productos "low cost" para que sigamos gastando y nuestra atención es tan dispersa que solo pueden hacer una cosa, subir el volumen del miedo y el morbo.

Con todo esto, no quiero decir que no me de pena todo lo que está pasando, al contrario, el desastre de Chernovil, o los muertos de los atentados de las Ramblas o el señor que veo cada día durmiendo en la salida del metro de la plaza Cataluña, me siguen pareciendo auténticas crueldades de este mundo terrible en el que vivimos, pero no se si os habéis dado cuenta que la prensa y las redes no hacen nada de forma activa, solo usan todo eso como si fuera carroña y nosotros maquinas de tragar, a las cuales van a matar con tal de sobrevivir ellos y de hacerse dueños de todo.

Vale ya de freírnos el cerebro. Basta ya de escoria mediática. Iros a la mierda.