The Andy Warhol Diaries.

El otro día terminamos de ver la serie documental de Warhol en Netflix y es una auténtica maravilla, realización impecable, es asombroso como Warhol documentaba absolutamente todo lo que hacia y con todo ese material se ha podido hacer una serie donde te parece estar viendo una película porque se ve todo.

Es una serie basada en su libro de diarios personales, en el documental se aclaran muchos de sus pasajes y descubres la vida personal de Warhol y  sus relaciones sentimentales y afectivas, todo se ve precioso y con un gusto estético excepcional porque como decía antes, casi todas las imágenes que ves las hizo él, hay otras partes recreadas pero muy bien hechas, incluso la voz del propio Warhol, cuando se leen fragmentos del libro, se ha recreado su voz con una inteligencia artificial.

Lo que más me ha gustado es comprobar que Warhol no era ese tipo frívolo y superficial, la gran profundidad y coherencia que tenía y tiene su obra, más allá de su producción más artística, todo encaja,  hasta su faceta de modelo y presentador.

Otra cosa realmente fascinante fueron sus novios, gente excepcional de verdad, inteligentes y guapos, viendo el docu te enamoras un poco de ellos.

Pero lo verdaderamente alucinante de Warhol y que en el documental acabas de comprender, es como se adelanto a nuestro tiempo y de algún modo predijo hasta Instagram con su memorable idea de que todos merecemos 15 minutos de fama, al final ha sido así, el ya vivió como hacemos todos ahora en las redes sociales, su vida ya fue un Gran Hermano, ya comprendió que todo se iba a comercializar. Lo malo es que predijo el mundo horroroso en el que vivimos hoy, puede que hasta lo inventara él. Warhol proyectó un sueño de fama, fantasía y sombras en el que vivimos hoy. Fue un auténtico visionario y habitante del futuro, y por otra parte un freak, un inadaptado como todos sus amigos, azotados por el sufrimiento de la homosexualidad de aquellos años y el SIDA, desheredados del sistema que tuvieron la capacidad de cambiar el mundo para que este los aceptara, pero pagando el precio sufrir mucho y de morir todos demasiado pronto.

Todo es Warhol, desde las redes sociales a Rosalía, la posmodernidad, la mezcla de todo, la simultaneidad, la fama, los medios, la publicidad, nuestra percepción de la realidad distorsionada.

 Desde la atracción por los famosos a las catástrofes, como nos sucede ahora con la guerra de Ucrania, esa fascinación ya la tradujo Warhol con sus series de retratos de famosos y la serie sobre catástrofes y muerte, todo son iconos al mismo nivel. Hoy en día nos fascinamos de igual manera con Rosalía que con los bombardeos en Ucrania. Todo se ha convertido en imágenes que nos roban el alma y la atención. Esa es nuestra sociedad.

Warhol, sin saberlo, fue el primer habitante de Instagram. Dio la clave para la confusión capitalista actual.




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