Semana Santa y Black Metal

Obviamente si crees en Dios crees en Satán, en realidad son lo mismo, aunque algunos creerán que son las dos caras de una misma moneda.

Podríamos decir que el Black Metal es música cristiana o sacra, o que al menos se centra en una de sus partes. Es el mismo mundo de Star Wars, mejor, del Señor de los Anillos.

Cuando veo las procesiones y todas esas locuras de estética sado-barrocas de la Seamana Santa no puedo dejar de ver Black, es la misma fantasía, y lo más chocante es que haya gente que todavía se crea semejante historieta, pero sobra decir que se cree en dios y mucho más de lo que podría parecer en el mundo "civilizado". 

El cristianismo está formado por una serie de ideas, memes o conjuntos de estos muy potentes y que se han multiplicado en nuestras mentes como un virus durante generaciones, ideas en las que se ha fundado nuestra sociedad, incluso el mismo capitalismo "Te ganaras el pan con el sudor de tu frente" la idea de la culpa, el sacrificio y tantas otras ideas "semilla" que nos han hecho como somos, no podemos borrarlo de ninguna manera.

El hecho de creer en el Satanismo como contrario al Cristianismo es totalmente infantil y no hace otra cosa que potenciar la misma idea y reafirmarnos en que todos esos "memes" siguen germinando.

Siempre me ha llamado la atención el porque me gusta toda esta basura metalera, no comprendía de donde nacía en mi ese gusto por lo grotesco, el dolor y el castigo, la primera conclusión que saqué fue que me revelaba contra la tradición de mi abuela y de mi casa, contra lo aprendido y la tradición y ahora, en cambio tengo clarísimo que lo que hace es reafirmarme como heredero cristiano.

El Black Metal, reafirma mis creencias no aceptadas por mi mismo, mi visión de la vida y he comprendido que mi rebelión ha de proceder de otro lugar, de la libertad, del arte y la creación, de desarrollar mi propio ser y de crear mis patrones propios.

Eso no quita que siga escuchando estas  gilipolleces, pero sabiendo que es como leer un tebeo de Conan, una épica de la rebelión, y toda épica es infantil y maniquea.

El Black Metal es solo un relato, un capítulo de la Semana Santa, una parte de un novelón que no debería organizar nuestro mundo. Y no nos engañemos, lo sigue gobernando.

A ver si de una vez por todas dejamos todo eso para la ficción y para dar más motivación al sexo.



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