Una vez toqué el xilofón en un grupo que se llamaba Estat de Gràcia.

Ahora que ya ha pasado el tiempo suficiente, habiendo escuchado más radio y ya no sintiéndome el personaje que no soy, ya puedo decir que l'Éstat de Gràcia, el programa del que forme parte 3 años y que en total duro 5, fue todo un platillo volante en la radio Catalana, un fenómeno creado por Roger de Gràcia, un tipo talentoso, contradictorio, intenso y ausente, como todo tipo genial,  con un olfato único, repartidor de temas y psicólogo del talento. Es una especie de sabueso que detecta los nudos de la mente ajena con una especie de detector de metales conectado a un theremín. Nota una vibración en las personas y sabe que  le va a funcionar simplemente dejando que sea él mismo, dejándolo solo en una habitación y con una cámara oculta, en este caso un micro. 

Él muy desgraciado siempre supo cuando me iba a poner a hablar solo y soltar alguna perla, me dejaba circular hasta que decía lo que quería oír.

El fin del programa fue totalmente injusto, a mi personalmente me estuvo bien, yo ya quería irme desde el primer año, eso de la popularidad de mi personaje me pesa mucho, la cara que me construyo para protegerme me come, obviamente yo no soy ese tipo hipersensible, miedoso e hipocondríaco, es el disfraz que me pongo para que los depredadores no me coman, un camuflaje tipo insecto palo o camaleón a lo Zelig, un hacerme el muerto, en este caso el inofensivo, en realidad soy un bicho, calculador y hasta a veces malvado. Hablo por los codos como herramienta de defensa y eso en la radio es como comer pipas. 

Pero este no era el tema, repasando las distintos programas que se emiten en las radios catalanas, pasamos de la tradición y la profesionalidad absoluta, al humor muy de bragueta que intenta ponerse al día, a la frialdad, incluso la tibieza. Hay cosas aisladas que me parecen brillantes, ellos saben quienes son, pero no los nombraré para no ofender a nadie, ni menospreciar a personas que aprecio y que creo buenos profesionales. Pero el Estat de Gràcia era brillante, ahora se puede decir ya no importa.

El Estat de Gràcia fue un fenómeno muy difícil de clasificar y por eso mismo creo que se liquidó. Durante el confinamiento creo que tocamos nuestro cielo, en esos días surrealistas, se pasaba de la actualidad, al humor chorra y verdadero, a la improvisación, a comentar cosas de internet, se me permitió escribir, pasando de la protesta, a lo infantil, a lo tierno y reivindicativo, a la libertad total, al absurdo, a decir cosas sin sentido, a posicionarme en sitios radicales, a montar un escándalo con todo mi vecindario y ser abucheado desde los balcones de toda mi manzana de edificios, todo por quejarme de uno de los Disk Jockeys que surgieron durante el confinamiento. Os prometo que cuando escuche mi nombré llamándome cobarde y que diera la cara como en un estadio de fútbol, mi pareja y yo pasamos miedo. Se montó toda una "perfomance" gracias al programa y a mí inconsciencia total de que nos escuchaba cada día una barbaridad de gente.

Para mi lo mejor, fue que se me permitiera hablar tanto de mi abuela Ramira, mi referente absoluto en la vida ¿quién te va a permitir hacer eso? íbamos de lo absolutamente local y personal a lo universal, me dejaron hablar cada día de mi barrio, la Sagrera y de mi perra, en paz descanse, Chispeta.

Todo gracias a Roger, el tipo que juntó a gente tan dispar como a María Oye"mis confidencias" Sherman, rescató a Adam Martín de las aguas esas en las que iba nadando totalmente perdido, dió voz  a David "no me merezco lo que tengo" Olivares, y descubrió tanto talento como el de Patricia  Centeno, Carles Porta y tuvo a colaboradores como Maiol Roger, ahora ya es todo un señor, Joel Diaz, mi prefe, Iu Forn, Pepe Colubi "Forever Pepe", Arturo Puente, Lolita "la risa" Bosh, Manel Lucas, la Montse "love" Virgili, Albert "sexy" Montilla... es que no quiero dejarme a nadie pero es imposible, por el programa pasó toda la gente buena de esta tierra catalana, un lugar absurdo donde no nos aclaramos ni nosotros, nos ponemos palos en las ruedas y somos incapaces de incumplir las "reglitas" de nuestro propio "librito" aunque nos vayan en contra. Nos creemos muy rectos y coherentes y somos bastante gilipollas.

El programa, de sus defectos hacía virtud, era algo destartalado a veces, faltaba zapatilla, se notaba mucho que teníamos días bajos, suerte de Fran, ese es el problema de trabajar con peña inestable, pero de eso se hacía virtud y lo convertía en algo real. La improvisación a veces no daba de sí y otras brillaba a lo bestia.

Recuerdo ir en el Ave a Madrid y no se quien me pasó las audiencias del programa, nos la habíamos pegado, misterios de los datos, nunca lo he comprendido, mis predicciones siempre son al contrario de los resultados, para mi, cuando hago lo mejor, es cuando va fatal, y así fue. Supuse que a Roger le iba a caer la bulla, pero fue algo más que eso, no le renovaron el programa. Yo suspiré de alivio en el tren, vi como se quedaba mi muñeco en un descampado de las Españas desde la ventanilla del tren, pero supe que era algo totalmente injusto y que a Roger le iba a hacer papilla, a pesar de que él tenía claro que el programa tenía que ser finito. La magia se acaba, no es eterna o deja de ser magia y pasa a ser un truco. 

Estas cosas pasan, en el programa había poco "rigor" y los datos no acompañaron. Supongo que también hubo algo de política y decisiones que se me escapan. No tengo ni idea.

Para mi, estar en un programa diario con esa cantidad de improvisación fue como la mili que hizo mi padre y que yo ya no hice por inútil para aprender a matar, el programa fue una academia brutal, se me cayó hasta el pelo del estrés que me provocaba, pero me hice mayor de algún modo, controlé y comprendí esa doble personalidad que llevaba tanto tiempo creada y que no identificaba, me separé de ese ser y aprendí a resolverme en un medio que me encanta. Hablar, cojones, hablar todo el puto día, esa es mi mayor actividad, escribo para poder hablar mientras no estoy. Hace poco descubrí que los que sufrimos de TDA, hablar mucho, es uno de los rasgos que nos definen, no hay nada mejor que un tarado adaptado a su trastorno. Funcionas como un superdotado si lo logras, es la cuadratura del círculo.

Roger es un "outsider" en medio del mainstream, es como Black Francis de los Pixies, grupo que él adora, es un tío que ha nacido para hacer grandes cosas, ha escrito "hits" incuestionables, pero la originalidad y la cultura lo aleja del éxito "masivo" (al menos de momento), pero por otra parte, eso es que lo hace bueno, en el programa podíamos hablar de Bergman como de Albert Plá, Nirvana, del "proces", de verdad que fue un programa Indie Pop, como decía antes, unos Pixies, cada uno era de su padre y de su madre, unos Faith No More que no pegaba nadie con nadie y todo junto sonaba indescriptible. Puedo decir tranquilamente que teníamos fans.

En la creatividad y en el arte, de nada sirve hacerlo bien, simplemente ser bueno, lo que queda es lo brillante, lo imperfecto, lo creativo, lo que no sé comprende. Y el Estat de Gràcia fue eso, un platillo volante, una mancha de colores en la bata del cole.

Gracias Roger por dejarme tocar el xilofón en tu grupo, no tenía ni idea de tocar, pero es un instrumento que sin saber, bien metido, suena siempre experimental y extrañamente interesante. 

Gracias a todos mis compañeros de la radio, gracias a todos los que nos escuchabais cada día. 







Comentarios

  1. Podéis decir tranquilamente que teníais fans y yo puedo decir orgullosa que era una de ellas. Me he atrevido a acercarme más de una vez a vosotros para decíroslo por estas vías que juntan a desconocidos y lo vuelvo a hacer ahora tras este escrito tan emocionante.
    No puedo negar algo de tristeza por lo injusto del cierre, no sé en qué momento ni por qué la audiencia bajó porque la calidad del programa no se resintió en ningún momento. El último programa fue realmente sentir que empezaba un duelo. Lloramos todos, vosotros y créeme que también los del otro lado.
    L'Estat de Gràcia conseguía interesar en tantos sentidos.
    Los colaboradores como tú dices eran magníficos, a mí me gustaban todos. Y vosotros cuatro, en esa primera hora eráis magia pura de la radio. Teníais tanta conexión que era imposible no sentir que había mucho de auténtico ahí.
    Roger se siente así, alguien con mucho talento y olfato para saber descubrir a gente y darle el espacio ideal. Me gusta que este post haga hincapié concretamente en él porque sin director no hay obra alguna. Ojalá lea muchos mensajes bonitos. No sé, es como que al explicarnos cómo pensabas que el cierre del programa le debió afectar se siente muy injusto y un deseo de que le vaya todo de cara, aún mejor si cabe, y lo podamos disfrutar nosotros.
    La Familia es de hecho fruto de aquel programa y vuelve a ser una dosis quincenal de maravilla. De verdad a mí me encantáis.
    Los Pixies de la radio, esos pequeños duendes que hablando hablando conseguíais que las tardes fuesen muy ricas en análisis, en historias, en ironía, en protesta, en disfrute de música y personajes.
    Dicen que "duende" viene de "duen de casa" o "dueño de la casa" por el carácter de los duendes de apoderarse de los hogares y encantarlos; pues eso sería.
    Gracias Juanjo por este post de agracimiento y homenaje que nos da la oportunidad de sumarnos.

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    1. Muchísimas gracias Sandra, por escucharnos y por esta maravillosa carta.

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  2. Era un gran programa! Jo que sóc bastant fan del Clapés i la seva troupe, sovint li feia el salt amb vosaltres. El programa que han posat al vostre lloc no us arriba ni a la sola de les sabates, hauré de seguir amb el Versió Rac1, una cagada de Catalunya Ràdio! Evidentment, un dels highlights del programa eren les teves intervencions!

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    1. Muchas gracias, me sentía como un papanatas impostor, pero Roger me sacaba el jugo y se lo agradezco. Gracias por tus palabras.

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