Pavement resonando en las calles de Venecia.

He cumplido 50 años y lo hemos ido a celebrar a Venecia, es un poco exagerado pero cumplir medio siglo creo que  lo merece,  por mi no hubiera celebrado nada, soy muy malo para festejar y el placer, soy más bien penitente aunque por dentro llevo a un sinvergüenza, mi sentido de la perfección y la idea de la superación personal está muy alejada de la diversión. 

50 años en mi imaginario cultural es una edad muy Veneciana, es cuando deberías alcanzar algo de elegancia porque la decadencia si no la acicalas es muy triste y en cambio si lo haces y te vistes bien, es insuperable. Venecia es una señora mayor muy guapa y bien vestida, cada desconchado y cada pared inclinada está justo donde debe de estar y todo ese conjunto de monumentos, vejez, descoyunte y experiencia es la belleza máxima.

Pero esto no es lo que venía a contar, cada vez que viajo, relaciono a esos lugares con discos, con música, San Francisco con el Ken de Destroyer, Brasil Slayer, y a Venecia le ha tocado el Crooked Rain, Crooked Rain de Pavement con su belleza destartalada y épica, como las calles de Venecia, sus canciones fluidas, algo sucias, como el agua de los canales. Todos conocemos Venecia de forma Pop, a través del cine, de los relatos, la literatura, las postales, Pop como las canciones de Pavement, familiares y decadentes, aristocráticas y chorras, enjoyadas y destartaladas como las manos llenas de bonitos anillos y horteras a la vez que aparecen en la portada, que a su vez está llena de tippex y parches, al igual que todos los remiendos que lucen en las calles de Venecia. 

Venecia, Crooked Rain Crooked Rain. Para mi estarán siempre asociados, igual que el mentón aristocrático de Stephen Malkmus, tiene cara de pasar largas temporadas viviendo en Venecia con una camiseta a rayas, como un turista excelso que se aloja en un hotel caro y pasea en barca pero que es capaz de camuflarse entre los turistas cutres porque es un señor norte americano pero con elegancia europea, con algún ancestro sanguíneo azul, de una monarquía olvidada y que de ella solo le ha quedado el lustre de la piel, el pelo, el mentón y los andares. Nadie sostiene el micro como él si no contamos a Julio Iglesias. 

Nunca dirías que el Crooked Rain tiene algo que ver con Venecia, pero lo tiene, al menos para mi y por suerte toda experiencia, los viajes y la música son algo subjetivo, ahí reside lo maravilloso, y el colmo de esa subjetividad es cuando pasa a ser colectiva y compartida. 

Si vais a Venecia escuchad el disco.





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