Lo que cuenta es como acaba.

No es como empieza, es como acaba.

Lo que recuerdas es el final, el principio a veces es a trancas y barrancas. Esto es en la vida, en las películas, en las artes, en todo menos en la música Pop. Un buen final salva una película.

Raramente llegamos al final de los discos, y al principio suelen poner la canción buena, las tres primeras, el resto suele ser relleno.

Con las carreras de los músicos pasa igual, cada vez van a peor, y la mayoría acaban en tragedia, o mueren o sacan discos cada vez peores, intentan recrear el éxito del pasado. Realmente siempre es penoso, podemos contar con los dedos de una mano los que han acabado dignamente, ya no pedimos ni calidad, solo dignidad, que no nos saquen los colores de la vergüenza ajena. 

Tanto es así que ya lo hemos normalizado, siempre van a peor. 

Es algo tan generalizado que da mucho que pensar.

A los escritores no les pasa, a los pintores tampoco, entregan sus mejores obras de viejos, acaban siendo sabios venerables, resulta raro el escritor que vive deprisa y muere joven, aunque los haya, lo normal es lo otro, ir aprendiendo, mejorando, acabar bien.

Los pintores se hacen viejos, con 90, si llegan, hacen lo mejor, vuelven a ser niños y cierran el círculo.

¿Qué pasa con la música Pop? ?Timan a grupos de jóvenes hasta matarlos, es un tipo de creación que es expresión de la juventud? Francamente, no lo creo.

Lo que cuenta siempre es como acaba, no como empieza. 




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