Niños tristes.

Niños tristes.

El heavy no deja de ser música para niños que pasaron una infancia triste.

La rabia y la tristeza son lo mismo, eso me han dicho, pero creo que la rabia es algo que llega para sobreponerse a la tristeza. 

Apretar los dientes.

Siempre me he preguntado porque me ha gustado tanto este tipo de música y este verano lo he entendido.

Siempre he sido un niño triste, me quedé ahí atascado, nunca lo superé y ahora escucho heavy, una música infantil de niño triste.

Iron Maiden son un conjunto de lamentos y los solos de guitarra llantos, lagrimas que la velocidad aparta de tus mejillas al correr trotando en un caballo que en realidad es una escoba del revés. Un pequeño indio que huye de su séptimo de caballería azul.

Rabia y escapar, rebeldía y grito.

La parroquia Heavy no deja de ser una gran tribu de niños tristes, incomprendidos, oprimidos por la vida urbana y por padres inmaduros emocionales. Miseria y refugio. 

No eran Heavies Tiernos, eran Heavies Tristes, chavales con infancias dolidas, desatendidas, injustamente, con necesidades difíciles de cubrir. 

Nunca he querido culpar a nadie por tener una infancia triste, en mi caso nadie tuvo la culpa y sin embargo me he sentido muy culpable yo,  por no haber tenido suficiente con lo que me daban, mis padres no sabían más. 

La infancia desatendida y triste te acompaña toda la vida, de repente aparece, en cualquier situación, sobre todo en las situaciones buenas, por la culpa de tener lo que se supone que hay que tener y sentirte desatendido, todo resuena a eso. Mis padres se sacrificaron por mí pero no se trataba de eso, nadie lo supo ver.

La tristeza nunca se va, y la tapas como siempre, con lo que hacías entonces, escuchando heavy, dibujando, viendo películas, leyendo, resignado.

Nada de lo que se supone adecuado para la tristeza lo puede tapar porque el niño ya no está. Es un pequeño dictador que solo quiere lo que él mismo aprendió y se cree autosuficiente, por haberse apañado solo, por vivir solo entre adultos que no le entendían.

Toda mi vida me la he pasado así, escapando de la tristeza "Run To the hills, run for you life" una letra tonta e infantil, pero infalible para un niño.

Desde la distancia les he dedicado todos mis libros a mis padres. Les he explicado todo lo que he ido entendiendo pero la tristeza nunca se ha ido. Ya no están, ya no soy.

No hay remedio.

El heavy nunca se ha ido. 



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