La música y el arte están fuera del tiempo.

Antes nos pasaba eso de escuchar un disco y no entender nada, pero saber que ahí había algo y lo volvías a escuchar una y otra vez.

Los discos que menos te gustaban al principio más te gustaban luego, algo magnético te llevaba a ellos, era irracional, era algo intuitivo, de piel.

Recuerdo escuchar el Scum de Napalm Death y pensar que era el ruido del metro grabado en un cassette, recuerdo escuchar el Psicocandy de Jesus and Mary Chain y pesar que el disco estaba mal prensado, recuerdo escuchar en And Justice for All... de Metallica y pensar que era una sierra y un órgano de iglesia, recuerdo escuchar Motorhead y pensar que el cantante estaba afónico.

Pero todos esos discos y grupos permanecieron, en mi estantería y volvía a ellos, como si fuera un masoca y un día, el oído hacía clic siguiendo las órdenes de tu cerebro y se revelaban, los oías, te hablaban de algún modo entre el ruido aparente, amanecían en tu percepción y te hacías fanático.

No entender, intuir, no comprender y solo escuchar a lo que todavía no sabes, es como si pudieras percibir el futuro en esos sonidos incomprensibles todavía.

Tu yo del futuro te manda señales, la sensibilidad es universal, está fuera de la causa y el efecto, te habla desde fuera del tiempo, la música y el arte tienen ese poder, están situados en otro lugar. Existen desde que el hombre fue hombre de forma simultanea, es un gran círculo que se repite.

Encierran el misterio de lo total.




Comentarios

Entradas populares