Dylan malo.

Llevo un tiempo largo observando fotos de  Dylan en Instagram. Las miro con atención, pero tampoco hay que ser un lince para darse cuenta como se ha ido amargando y corrompiendo con los años.

De joven, su cara respira ternura, ilusión, inteligencia, ganas y todos los valores que tenía un joven genio como él y en esa época de cambio. 

Pero resulta asombroso comprobar como poco a poco, año tras año, su rostro se va tornando perverso y oscuro, como si su talento fuera en anillo y él Golum. Es impresionante de verdad, ahora en la actualidad, ya es un villano de película del oeste, un malasombra, un mala folla, un reseco de su propia maldad, una mojama de Satán, tiene pinta ni de beber agua para no introducir nada puro en su cuerpo.

A mi me sigue gustando lo que hace, a pesar de ser que su voz es una bisagra mal engrasada de las puertas del infierno.

Realmente ha vendido su alma al diablo, no hay duda de ello, la fama y el éxito te convierte, o en un zombi o en un engendro del mal, un revenido, un chusco de pan duro y reseco. Tenerlo todo solo te lleva al mal, igual que ser un genio sin carnet de conducir de tu propio cerebro. Te estrellas contra las llamas del infierno.

Estar rodeado siempre de intereses y de interesados, te ha de sentar como una ortiga entre las piernas, te ha de agriar, te ha de amargar como la hiel que le hacían beber a Cristo.

Supongo que la maldad te hace sobrevivir a toda esa basura de la fama, la industria, el tener que vender y tener que ser simpático y genial siempre.

Lleva ya muchos años de malo, bueno lo fue muy poco tiempo en realidad, ya fue muy sospechoso cuando cantó ante el Papa y antes con el famoso vídeo del We Are The World, donde directamente parece que desee que muera toda la infancia, simplemente porque le molestan sus ruidos de niños que juegan en el patio, la infancia le importa una mierda si no es para hacer paté con sus hígados de niño tierno y extenderlo en una tostada.

Odia a los niños y a todos los otros putos cantantes que no le llegan ni a la suela del zapato, el muy hijo de Satanás.

Por otra parte, no creo que se pueda ser buen artista siendo bueno, ¿Qué artista hay bueno y que sea bueno su trabajo? NINGUNO. 

Son cosas incompatibles así de entrada, luego pueden haber excepciones, pero el egocentrismo, el egoísmo y el genio está en contra de la bondad, aunque no seas muy malo lo acabarás siendo, al menos de forma pasiva por pensar solo en ti, en tus pajas mentales y en tu obra.

El artista se enfrenta a Dios, por lo tanto es malo, va por su cuenta, es malo, no le preocupa nadie, es malo.

Y lo más cachondo es que los demás también son malos con él, lo quieres despedazar, robar, explotar, le tienen manía por ser más inteligente, por ser el elegido, por notas, por decirles la verdad y ser un puto asqueroso que maltrata a todo el mundo siendo un déspota. El genio es diferente y eso se paga.

Así son las cosas.

Dylan malo. 












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