El acto más sincero es hacerse una paja.

En la vida no solo hay que hacer el camino de conocerse a uno mismo, luego hay que aceptarse, y no se que es más difícil, si lo primero o lo segundo.

Conocerse es un misterio, una caja cerrada para uno mismo, pero con ayuda puedes llegar a ver quien eres en gran medida, muchas personas ni lo intentan, pero la vida sin eso, no se diferencia mucho de la que tienen los monos o los perros, y la verdad, ya que estamos hagamos el esfuerzo.

Luego en el momento que abres la caja, lo más probable es que veas muchas cosas que no te gustan, porque en el proceso de no abrir la caja, te has creado una idea muy equivocada, de quien eres, esa identidad es un personaje que te vas creando a base de leer, ver películas, de imitar a tus padres y familiares, haces un "collage" absurdo con tus ídolos y lo que se supone que se ha de ser, lo que te gusta si eres un fantasma, o un desgraciado si te quieres poco,  luego descubres que nunca suele coincidir con el que realmente eres.

Y venga, entonces llega el momento de aceptarlo y se convierte en pura deconstrucción y desorientación, una llorera infinita , una decepción, aunque luego, si lo logras, empiezas a sentirte al fin bien. También hay sorpresas positivas ya que arrastramos millones de complejos inducidos por madres, padres, profesores, jefes, y demás mierdas que nos acompañan durante la vida y te crean una confusión de dos pares de cojones. Acabas sin saber nada de nada, y eres como una especie de avatar sin sentido que simula ser una persona. 

Solo hay dos vías, la de no pensar y ser un mono o la de pensar y hacer todo este camino. Eso o la depresión absoluta, porque pasarte la vida fingiendo te revienta el cerebro, no nos damos cuenta pero representamos un papel constantemente ante todo el mundo, yo creo que solo eres tu mismo cuando te haces una paja, o cuando dibujas, en mi caso, pero cuando te haces una paja lo eres sin duda, dibujando también puedes representar un papel, de ser un dibujante molón o uno que te gusta, un imitador que se preocupa más de parecer que de ser. 

El acto más sincero que hacemos es la masturbación, estoy convencido.