El nuevo disco de Suede.

 El nuevo de Suede ni tan mal. No está mal, nunca fui muy fan si no es del primer disco, a mi el Dog Man Star ya no me gustó, los encontraba muy plastas, pretenciosos y "refritosos".

Pero este último, para empezar es más Rock, y más de la edad que tienen, las canciones son chulas, suficientemente Pop para que se te peguen a las sábanas de la cama.

El disco tiene algo muy bueno y es algo que les faltó siempre y eso que son muy buenos músicos y Brett Anderson es un cantante del copón, me refiero a la humildad. Cuando salieron parecía que aquello iba a ser el acabose y así les fue la carrera luego, un globo rosa que se deshincha al paso de los días en el techo de tu habitación cuando eras niño. 

¿Os acordáis la pena que daban esos globos que te compraban tus padres en el zoo rellenos con helio? Se quedaban pegados al techo y se iban arrugando como si se hicieran viejos, ancianos de goma y quedaban de medio lado, como atraídos por la gravedad inversa del techo, como desmemoriados de lo que fueron.

Pues eso le paso a Suede.

Ahora parece que se han quitado pamplinas, pero les falta inspiración, ¡ah! maldita juventud, para la música Pop y para hacer cosas en grupo parece indispensable, los amigos nunca lo vuelven a ser tanto como para hacer cosas juntos, ir en una furgoneta y compartir pestes de calcetines. Es muy difícil mantener una actividad en grupo si no eres joven y todavía te dura el sentido de clan, de tener pandilla y esas mierdas que dan tanta pereza de mayor.

Suede aquí están, por el motivo que sea, pero muy dignamente, el falsete de Brett sigue sonando único y te da cosquillitas en la piel. 

Cada vez que lo escucho me gusta más y creo que es porque no le doy ningún tipo de importancia. 

Qué importante es no tener expectativas con nada y dejarse sorprender. Es uno de los grandes secretos de la vida.