Por no permitirme vivir.

Me gustaría ser un pervertido.

Me gustaría estar enganchado a alguna droga tipo el opio, de cuerpo a tierra y notar la gustera.

Me gustaría ser un calavera. 

Un despreocupado atormentado.

Me gustaría tener una mazmorra dedicada a mis perversiones, tener un diván desde donde mirar.

Ser un pervertido, lo mejor, creer en Satán y hacerlo todo mal y que si tu abuela levantara la cabeza se volviera a morir. 

Sería maravilloso ser al fin libre, liberar todo ese escombro, de esa triste vergüenza, abusar de lo que no te dejan abusar, de todo lo que no te dejas para ti.

El exceso es por culpa de no tener nada.

El hambre del pobre.

Pobre en placer.

Me gustaría ser lo peor.

Peor que Julio Iglesias en sus fantasías. 

Es la verdad, tacones, ligueros, puntillas. 

Vivir en un tebeo de Milo Manara, de los que leía a escondidas metido en la cama.

No tener que conformarte con una triste paja.

Me olvidé de vivir.