En mis recuerdos.


Tenía la costumbre de sentarme en una silla de lado con el codo en la mesa, mientras desayunaba o merendaba y veía el Sputnik, con mi abuela al otro lado del comedor haciendo media, de vez en cuando miraba por encima de las gafas para ver la tele sin saber lo que era, me imagino que pensaba, cosas que le gustan al zagal.

El Sputnik, cuantos años lo dieron, la extraña anomalía de los programas de videoclips, en Cataluña teníamos está leyenda, y ahí pudimos ver todo. Recuerdo al Santi Faro de joven, su voz radiofónica y estilo televisivo de los 90, cuando lo conocí en persona comprobé que habla igual, para mí fue como comprobar que existía el ratoncito Perez, no podía dejar de mirarlo.

Recuerdo esperar a que saliera el videoclip de mi grupo del momento, recuerdo ver el de Monkey Gone to Heaven de los Pixies, nadie lo podía ver fuera de nuestra comunidad Catalana, un día fuimos los mejores.

El Roots de Sepultura despertaba a mi abuela y le hacía mover la cabeza desaprobando, mientras yo me comía un trozo de pastel de manzana que sobró del domingo. Con que felicidad lo recuerdo a pesar de ahora saber qué me sentía como un desgraciado, entonces las cosas eran así, mi vida era una verdadera basura y esos eran mis pequeños momentos de felicidad. La música siempre me ha salvado de la realidad y de mi propio cerebro, ha sido un medicamento adecuado.

Entonces las discográficas todavía regalaban los clips a las teles, pensando que eran anuncios para vender discos hasta que se dieron cuenta y les empezaron a pedir dinero al darse cuenta la cantidad de minutos que llenaban en sus cadenas de televisión y la publicidad que contrataban. Los listos se creyeron más listos que los listos y ahí empezó el fin de la vieja industria musical.

Se acabó igual que los pasteles de mi madre, que mi abuela, que la silla donde me sentaba en la mesa, que mi juventud y que toda mi familia. Se acabó ese bálsamo con nombre de satélite.

Yo creo que lo único que perdura de aquellos años es el Santi Faro hablándole, cómo siempre, con su voz de la tele a sus hijos si los tiene, y los Pixies en el Spotify, Anna Ramos y cuatro cosas más en mis recuerdos. 



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