Restive Plagonna. Mucho mejor que los apestosos villancicos.

Restive Plagonna, no es una palabra de un conjuro, es mi ultimo descubrimiento musical. 

Es un chaval griego que hace electrónica oscura y ruidista,  progresiva e industrial, pero de tufo rock, metal y mal rollo. Ahora creo que es la música que más me gusta.

Suena a zurras y porno, a cuarto oscuro hetero, esa fantasía que solo pertenencia al mundo gay, ese rollo cristiano que da salsa  a todo lo que sea gustoso para el cuerpo, es una forma de perversión musical más adulta que el Black Metal.

A mi siempre me ha gustado la marcha aunque no lo haya sabido ver, los sonidos más extremos y punzantes al oído, me han llenado de placer, debe ser por mi desconexión total con el cuerpo. Me han de dar un buen tortazo aunque sea sónico, para enterarme de que eso da gusto. Creo que eso se define como embotamiento de los sentidos, no notar nada y sentir que estás fuera de la escena hasta que sientes el dolor punzante. Siempre he tenido la sensación de ver las cosas desde fuera y lo más terrible como si lo viera por la tele. Supongo que es un modo de autodefensa mental.

Serán gilipolleces mías o sofisticaciones de la edad, pero el cuero negro siempre me gustó y al fin, hay música que no remite al Señor de los Anillos o a fábricas llenas de óxido y hollín ridículo, es música intensa y punto, lo que fueron en su día Pan-Sonic pero algo más canción y escuchables. Tampoco hace falta escuchar música tan intelectual siempre. 

Restive Plagonna, al tener un punto sadomaso, pega mucho en estas fechas navideñas, donde se ensalza el sufrimiento y se confunde con la felicidad,  entra como el agua, tiene un aire de fiesta pagana llena de culpa y mal rollo que remite directamente a todo lo católico y cristiano. Ya sabéis de qué tipo de basura mental hablo.

 Restive Plagonna, mucho mejor que los apestosos villancicos.