Slint. A destiempo.

Grupos a destiempo, grupos que se adelantan a su tiempo y la fruta se la llevan otros, me imagino que a Black Francis, Francis Black se le quedó cara de pasmado cuando vio como Nirvana se lo llevaba  crudo, luego seguro que le supo muy mal al ver como acabó todo, pero seguro que se cagó en todo. Nadie tiene la culpa, a veces pasa, el problema de los visionarios en esto de la música es que si la industria no te ve a ti, te lo comes con patatas y al final siempre puedes decir eso de "fuimos un grupo de culto" mientras trabajas de cualquier mierda o intentas reflotar tu carrera con otros tipejos sin talento con otro grupo con otro nombre bastante feo. Muchas veces lo que sucede es que se echan la culpa entre ellos del fracaso y el poco reconocimiento a su talento indiscutible y luego reconocido por toda una serie de bandas se surgieron bajo su influencia.

Uno de los casos paradigmáticos de esto son Slint, un grupo con una discografía más que breve, pero que creo un sonido admirado luego por todos, esos fraseos, esos parones, esa austeridad absoluta, esa portada del Spiderland de un verano que ya parece que hubieras estado allí. Puede que sea uno de los discos más importantes jamás grabados y como si nada. Un disco lleno de actitud atemporal, juventud, ingenuidad y madurez de forma simultanea, alegría y desgarro, y todo hecho con lo mínimo, pero a la vez muy sofisticado, todo hecho con la camiseta sudada pero como si no costara hacerlo, creo que desde la Velvet no había sonado el Rock tan a obra de arte, alguna vez Sonic Youth, pero poco más. Pura poesía escrita en un papel de estraza.