Antonia Font.

Es asombrosa la capacidad poética del mallorquín, el catalán que se habla en la isla de Mallorca, es increíble la capacidad poética de Joan Miquel Oliver, es increíble lo que consigue Antonia Font.

Es increíble lo bonito que es el ultimo disco de Antonia Font, un regreso, un reencuentro, con ellos, con sus playas y sus veranos.

 Es tan bonito el Mallorquín, descubrir como se dicen sus cosas, cómo expresan las cosas bonitas, como las expresa Joan Miquel, eligiendo palabras habituales para él y cómo las hace jugar con sus amigos.

Es maravilloso irlo entendiendo y cayendo en la cuenta de su lógica interna y cómo, en realidad, ya lo estabas entendiendo, es como una silueta creada por el sol, una sombra juguetona en la pared o en la arena. Todo el significado estaba ahí pero te lo dicen en bonito.

Antonia Font me han llevado a mis veranos de niño en Mallorca con mis primos, veranos e infancia perdida que últimamente añoro tanto. Me ha roto el llanto, le he mandado una nota de voz a Joan Miquel, algo se ha desatascado dentro de mi cerebro, atrapado desde hace décadas, algo que se quedó en una playa de Mallorca, en un bocadillo de sobrasada indigesto en una barca. Dolor, alegría, vergüenza y edad del pavo, orgullo, envidia, sol y arena.

Nunca más volví a Mallorca, hoy por la mañana después de una noche de dormir medio mal, he vuelto con un minuto estroboscópico, a cámara lenta, en unos parpadeos, entre sorbos de café, mi "computer" ha explotado, han saltado los plomos, una agua estancada ha salido al mar.

Mallorca, Antonia...